jueves, 24 de mayo de 2012

McCOY TYNER Inception (Impulse, 1962)

Este disco fue todo un reto personal para el joven pianista McCoy Tyner, conocido por formar parte del legendario y seminal cuarteto "clásico" de John Coltrane. Con este lp el músico de Filadelfia, que apenas contaba con 23 años de edad, intentaba salirse de la música modal que realizaba por aquella época con su jefe, aportándonos un reflejo más amplio y certero de todo lo que podía dar como músico, haciendo hincapié en composiciones propias muy interesantes  y estándares que se sabía de cabo a rabo.

Grabado en dos días, 10 y 11 de Enero de 1962 en los estudios de Rudy Van Gelder en Englewood Cliffs, New Jersey (solo dos meses antes estaba registrando con  Trane el mítico y legendario concierto en el Village Vanguard) junto al contrabajista Art Davis y el baterista Elvin Jones, con ese sonido entre lo clásico y lo abstracto, apuñalando percusivamente las teclas del piano, con elegancia melódica y precisión de cirujano. Aquí nacía ante nuestras orejas una galaxia nueva en el universo del jazz, algo que sucede muy de vez en cuando y que hay que disfrutar al máximo cuando esto ocurre.

Tenemos que hacer mención especial en estas líneas a Bob Thiele, productor de este disco y que animó a Tyner a debutar como líder. director artístico de ese genial y caro invento que fue el sello Impulse, siempre animando a los artistas jazz a que se atrevieran a asumir retos personales y artísticos, por supuesto siempre con el libro de contabilidad en una mano y el instinto comercial de tiburón discográfico en la otra. No por ello debemos despreciar el esfuerzo de este hombre durante la década de los 60 por ofrecer productos musicales de calidad, entre lo vendedor y lo exquisito. Ahí quedan para la posteridad genialidades como unir a Duke con Coltrane en un mismo estudio de grabación o proponerle al segundo, que estaba ya inmerso por aquel entonces en pleno océano modal y casi free, hacer un disco enterito de Baladas clásicas (Ballads, Impulse, 1963). Álbumes que si, quizás hubieran existido sin su sugerencia (o muy probablemente no) pero seguro que lo hubieran hecho con otro sentido bien distinto.

Realizada ya esta mención a Bob Thiele, volvamos con el análisis del disco que hoy nos ocupa, este bocado para gourmets llamado Inception. Por todo lo dicho antes, podría parecer a priori que este lp iba a ser un trabajo realizado por encargo, con desgana y para cubrir el expediente. Pues nada de eso, resultó ser un disco de lo más personal para su autor, con cuatro composiciones propias y dos estándares en su haber. Los temas propios: Inception (que marca el tono sobrio y elegante del álbum, con improvisaciones a dos mil por hora), Blues for Gwen (dedicado a su hermanita, ultracool, con mucho swing, una delicia), Sunset (minimalista y preciosa balada cargada de elegancia) y Effendi (el corte más modal y Coltraneniano, incluso en el título). Los estándares: There is no Greater Love (lo más amable y soleado del lote) y Speak Low de Kurt Weill (comercial, groove y con ritmo seudo-latino).

"Inventiva melódica... claridad de ideas... sonido personal... sentido formal desarrollado... y además McCoy tiene gusto. Puede coger cualquier cosa, no importa lo horrible que sea y hacerla sonar hermosa". No vamos a ser nosotros los que vayamos a contradecir estas palabras de alabanza de John Coltrane hacia su compadre. Acerquense a esta maravilla de disco que se hace corto de lo bueno que es y que te dan ganas de volver a ponerlo una y otra vez, algo que no suele ocurrir tan a menudo como debiera.




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