lunes, 24 de diciembre de 2012

Código Jazz (# 37) Domingo 23 Diciembre 2012

Esta semana te traemos un incunable, una joyita, un disco con un sonido y una atmósfera exquisita, expresionista, cinemática.... Maiden Voyage, del genial y polémico (para algunos) pianista Herbie Hancock. Todo un paseo en barco....Ah, y FELICES FIESTAS JAZZERAS PARA TODOS!!!

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martes, 18 de diciembre de 2012

Código Jazz (# 36) Domingo 16 Diciembre 2012

El pasado 5 de Diciembre nos dejaba el genial pianista y compositor estadounidense Dave Brubeck a la edad de 91 años, por ese motivo Código Jazz este domingo le ha dedicado sus 60 minutos de radio. En ellos oirás grabaciones piratas en directo de su mítico cuarteto y conocerás un poco de su vida y su obra. Disfrutalo aquí, con solo un click...

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martes, 11 de diciembre de 2012

Código Jazz (# 35) Domingo 9 Diciembre 2012

Este Domingo nos fuimos de concierto:16 de Enero de 1958, Hotel Pershing, Chicago. El trio de Ahmad Jamal estaba de residente en su Lounge y decidió dejar constatación fonográfica de sus actuaciones. Poinciana y mucho más: delicadeza, silencios, momentos cool, sensibilidad, espacios abiertos, ritmos inusuales... toda una delicia gourmet para tus orejas... que lo disfrutes!!!


lunes, 3 de diciembre de 2012

Código Jazz (# 34) Domingo 2 Diciembre 2012

Esta semana os traemos un disco seminal, un disco pionero, un disco trepidante. Milestones de Miles Davis... ¡ Casi nada! Miles y su sexteto: Cannonball, Coltane, Garland, Chambers, Joe Jones... un super-grupo con toda una cita para la historia. Disfruta de esta rodaja de swing, blues, hard-bop y rollo cool... que aproveche!!!

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lunes, 26 de noviembre de 2012

Código Jazz (# 33) Domingo 25 Noviembre 2012

Esta semana os traemos uno de los discos más bonitos de la historia del jazz: My Favorite Things de John Coltrane, con cuatro estándares de toda la vida reinterpretados en clave modal y exprimiendo los acordes al máximo. El tema titular se llevó la gloria, pero el resto del disco no desmerece elogios... Disfruta de uno de los mejores lps de la historia del jazz en general y de la carrera de Trane en particular... Maravilloso!!!

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lunes, 19 de noviembre de 2012

Código Jazz (# 32) Domingo 18 Noviembre 2012

En esta nueva etapa de Código Jazz nos hemos propuesto, además de traerte discos jamás puestos en nuestro espacio, recuperar algunos lps ya puestos en su momento, pero que son tan buenos, importantes y nos gustan tanto que se merecen una segunda oportunidad de ser escuchados por los oyentes que no los conozcan. Este es el caso de The Incredible Jazz Guitar Of Wes Montgomery (Riverside, 1960), uno de los mejores discos de la historia del jazz, el que definió la jazz guitar contemporánea.... un lp entrañable, acojedor, que jamás te cansarás de poner en el tocadiscos una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez... pulgar de oro!!!

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lunes, 12 de noviembre de 2012

Código Jazz (# 31) Domingo 11 Noviembre 2012

Código Jazz vuelve a las andadas con un disco fresco, moderno, divertidísimo... Monk's Dream, de Thelonious Monk. Su primer lp para Columbia. Su disco más vendido. Su cuarteto clásico en estado de gracia. No te lo pierdas, disfruta del mejor swing, blues y jazz moderno... Bye Ya!!! 

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Código Jazz: El Retorno

Ha costado, pero el retorno a las ondas radiofónicas del programa Código Jazz ya es una realidad. Anoche, Domingo, a las 22:00h, se emitió el Código Jazz número 31, el que continúa la numeración tal cual la dejamos en su momento. Thelonious Monk fue el invitado de honor en esta ocasión. Cambios en esta nueva etapa: hemos cambiado de sintonía, ahora abrimos con el Blue Train de John Coltrane, y nos vamos a quedar de momento con la sección estrella del programa, DISCOTECA IDEAL, y dejamos aparcadas las secciones MONOTEMÁTICO y EN CONCIERTO. Por lo demás, las mismas ganas, el mismo espíritu y la misma pasión por el jazz que hemos tenido siempre. Recuerda, todos los Domingos a las 22:00 h en Sol Fm, ¡¡¡ Te esperamos!!!

jueves, 14 de junio de 2012

MILES DAVIS Milestones (Columbia, 1958)

En algunas ocasiones ocurre que la leyenda de un álbum magnífico queda sepultada por encontrarse demasiado cerca cronológica y estilísticamente de una obra intelectualmente (solo eso) superior. Le ocurre al Crescent de John Coltrane cuando lo comparamos con el A Love Supreme (dos lps que se encuentran al mismo nivel de excelencia) y en el caso que nos encontramos a continuación, cuando ponemos frente a frente al genial Milestones con el totémico Kind Of Blue. Milestones no es un disco conceptual, es un disco claramente Hard-Bop y con una variedad de estilos que algunos podrían llamar dispersión. Aquí no nos encontramos la concreción y el minimalismo expresivo del Kind Of Blue, es una grabación que divaga, experimenta, busca (algo que no tiene porqué ser malo, todo lo contrario). Pero Milestones también supone la primera incursión en la música modal de Davis, hecho que claramente cambiaría la historia del jazz para siempre y por último también podríamos resaltar como signifíca la constatación fonográfica de las primeras capas de sonido de John Coltrane, algo que, como ya os podréis imaginar, llevó a la música que tanto amamos al infinito y más allá. Por todo esto y mucho más, abramos las orejas ante Milestones, una pequeña gran obra maestra.

Nueva York, 4 de Febrero y 4 de Marzo de 1958. Estudios Columbia, en la 30th Street. Produjo George Avakian. El personal de la grabación: Miles Davis a la trompeta, maduro, seguro de sí mismo, saboreando una de sus épocas más gloriosas en lo compositivo e interpretativo. John Coltrane al saxo tenor, mucho más centrado y expansivo trás su etapa con Monk, ya con la idea en la cabeza de montar su propio grupo y abandonar a Miles, pero retenido por un Davis que no quería perderlo para la causa. "Cannonball" Adderley al saxo alto, como siempre, melódico, blues, swingeante, con unas improvisaciones inesperadas y bellísimas. Red Garland al piano, que como veremos más adelante, se enfadó con Miles durante la grabación del disco ( no era nada difícil enfadarse con el trompetista), hecho que no le afectó para nada en su forma de tocar y acometer los solos, siempre elegante, siempre en su sitio. Paul Chambers al contrabajo, usando el arco en más de un corte y en perfecta sintonía con el grandioso Philly Joe Jones a la batería, siempre imaginativo y energético hasta el éxtasis final. Este sexteto meses después, con bajas y cambios en dos tercios de su formación, grabaría Kind Of Blue. Grandes músicos para toda una cita con la historia.

Degustemos el disco corte a corte, como nos encanta siempre hacer. Dr.Jackle, composición enrevesada y dificilísima de tocar (como todo lo que solía escribir) a cargo de Jackie McLean. Miles ya la grabó en 1955 junto al propio McLean y Milt Jackson al vibráfono cuando tenía contrato con el sello Prestige. Este tema (y otros del lp) nos brinda la oportunidad de ver un corto pero intenso combate por el campeonato del mundo de los pesos pesados (Adderley vs Coltrane, claro) del jazz a un tempo de infierno. Una rarísima delicia. Sid's Ahead es el corte de la anécdota. Composición del propio Miles grabada con anterioridad en 1954 bajo el título de Weirdo, aquí nos encontramos con que un Red Garland enfadadísimo abandona el estudio de grabación y a Miles no se le caen los anillos para coger el toro por los cuernos, sentarse al piano y acompañar a los dos saxofonistas, apoyando el tema con escuetos acordes. Lo gracioso del asunto está en que, cuando le toca el turno de hacer su solo de trompeta no se oye ningún piano, claro, dándole un aire de delicioso caos a la canción, que sorprendentemente no quedó nada mal, con unos solos espectaculares de Trane, Miles y Julian. Aún más, me atrevería a decir que solo por este tema merece ya la pena comprarse el disco.

Two Bass Hit es una composición hecha por Gillespie en la época de su gloriosa Big band (1946-47) con el único propósito de que aquí se luzca el contrabajista de turno. En este corte claramente Bop y con mucho swing, aparte de lucirse Chambers, por supuesto se lucen los dos saxos, volviendo a competir a ver quién sopla más fuerte y mejor, quedándose Miles solo en los Chorus. Lo dicho, ritmo para dar y regalar. El siguiente corte históricamente hablando es el más importante de la grabación. Milestones (no confundir con el Milestones grabado en 1947 junto a Parker para Savoy... por eso a este grabado en el 58 los quisquillosos le llaman, Miles, a secas) es la primera composición que graba Davis bajo los preceptos de la música modal. La música modal te permite improvisar hasta el infinito, sin preocuparte por los acordes, algo que le venía ni que pintado a estos músicos, con ganas de volar cada vez más alto... a Coltrane esta incursión le marcó durante toda una etapa de su carrera, como podemos comprobar en todo lo que grabó para Atlantic en los años posteriores. Como anécdota comentar, como este tema tiene una significación especial para el aficionado español al jazz, ya que para todos nosotros esta composición ha sido, es y será por siempre la sintonía del programa de radio Jazz porque sí, presentado por nuestro querido Cifu. En el quinto corte del lp, Miles siempre tan dado al ego, nos sorprende cediendo el estudio a la sección rítmica para que interprete una preciosa y swingeante versión a trio del clásico tradicional anglosajón Billy Boy. Algunos le podrían achacar a este tema que cambie bruscamente el ritmo del disco, más bien tirando a abrasivo en su conjunto, pero no podemos negar que es una maravilla poder escuchar a Garland & Co. en todo su esplendor. Y terminamos esta preciosidad de lp llamado Milestones con el tema que cierra el disco, una divertidísima composición de Monk titulada Straight, No Chaser donde Red Garland se permite un simpático capricho, transcribir al piano, nota por nota, un solo que realizó Miles con su trompeta en 1947 en el tema Now's The Time, un trabajo titánico que tiene su recompensa, si señor, quedando realmente precioso. Este último corte del álbum también pasará a la historia por ofrecernos una de las primeras muestras, en el solo de Coltrane, de lo que los críticos darían a llamar Capas de sonido, es decir, un anticipo de todo lo que supondría Giant Steps un año después y la muerte definitiva del Hard-Bop.

Podemos concluir, que este quizás no sea un lp ideal para neófitos, quizás no entre ni a la primera ni a la segunda, pero si os encantó y maravilló la perfección telúrica del Kind Of Blue, debéis acercaros a la preciosa e imperfecta voluptuosidad de un disco al que se le va cogiendo más y más cariño con cada escucha. Fotografía de un momento histórico que cambiaría el jazz para los restos.

martes, 12 de junio de 2012

"CANNONBALL" ADDERLEY Somethin' Else (Blue Note, 1958)

Este disco empieza como un acto de caballerosidad. El genial y gran (en tamaño y talento) saxofonista Julian "Cannonball" Adderley estaba tan agradecido a Miles Davis por haberle llamado en 1957 para formar parte de su nuevo grupo, que no dudó un momento en citarlo para que apareciera como invitado especial en una grabación para Blue Note que tenía entre manos. Todo un caballero el señor Adderley. Y todo un acto de humildad el de Davis, hacía muuuuuuuuuchos años que no aparecía el trompetista como Sideman de nadie, el siempre tan líder, tan independiente, tan libre. Estamos a 9 de Marzo de 1958. Hace solo cinco días atrás "Cannonball" estaba con el sexteto de Miles registrando ni más ni menos que el histórico por tantas cosas Milestones. Son días importantes para el cambio de paradigma en el jazz, se esta empezando a cocinar en la mente de músicos como Miles Davis, Bill Evans o John Coltrane otra forma de tocar, otra forma de sentir la música. Jazz modal lo llamaron. Dejarse llevar, dejar que los sonidos fluyan de un modo más oriental, más natural, no tan occidental. Y este lp, como buen hijo de su tiempo bebe de esta teoría, aportándole, eso si, elegancia, alma y nocturnidad a los conceptos abstractos.

Para esta grabación realizada en los estudios de Rudy Van Gelder en Hackensack (New Jersey, produjo Alfred Lion; diseñó una icónica y emblemática portada, paradigma del diseño gráfico de aquellos años, Reid Miles) se formó un quinteto de garantías, se conocían perfectamente entre ellos por haber tocado antes en diversas formaciones y ocasiones: Julian al saxo alto, Miles Davis a la trompeta, cada vez más minimalista, contenido y misterioso, Hank Jones al piano, sobrio pero efectivo, Sam Jones, muy blues al contrabajo y el siempre poderoso, juguetón y energético Art Blakey a la batería. Una formación en estado de gracia que escribe aquí su leyenda (a fuego lento) al grabar uno de los discos más bonitos y misteriosos de la historia del jazz.

Vamos a saborear el disco poco a poco para así no dejar de tener su regusto en las orejas durante mucho tiempo: Autumn Leaves, este estándar que ha tocado todo el mundo desde hace siglos, aparece aquí más sedoso, arábigo y romántico que nunca, con una misteriosa y elegante atmósfera que marcará todo el tono del álbum. Las improvisaciones de Adderley y Miles son escuetas, precisas y al mismo tiempo virtuosas, el dominio de la situación y la melodía es apabullante. Menos es más, se suele decir... a veces no se dá el caso, menos es menos y punto, pero en esta ocasión parece que el dicho se cumple bien cumplido. Love For Sale es una cancioncilla de Cole Porter con una melodía luminosa, romántica y lúdica. Empieza con una genial introducción muy clásica y blues al piano de Hank Jones para dar paso a continuación a los siempre efectivos ritmos latino-funkies de Blakey. Un corte increíblemente delicioso. Y llegamos a la madre del cordero, Somthin' Else (si, sin "e", para distinguirlo del título del lp), mágnifica composición de Miles Davis donde la clásica técnica de "ecos respuesta" (yo toco una melodía y tu la repites a tu manera) tan manoseada en las Big Bands e incluso en los albores del Be-bop toma aquí una nueva dimensión, más moderna, más libre, más espectacular. Creo que no hará falta decir que los solos aquí expuestos son de antología.

Y todo parece indicar que Miles (tan egocéntrico él) se estaba dando cuenta de que el disco le estaba quedando demasiado a su estílo, y aflojó el acelerador, dejándole más protagonista al Leader en los dos últimos cortes. One For Daddy-O es un simpático blues compuesto por el hermano de Julian (Nat Adderley) dedicado a un celebre locutor de radio de Chicago, Daddy-O Daylie. Aquí "Cannonball" es más "Cannonball" que nunca, dejandose llevar por su lado más frenético, Parkeriano y virtuosos al saxo alto. Y terminamos con el baladón Dancing in the Dark, donde Miles se retira y deja a Adderley que exprima y demuestre todo su lirísmo, belleza y sensibilidad al instumento. Davis no pudo evitar soltar aquello de "I made him play this" y que recordaba a la gran Sarah Vaughn cantarlo tal cual lo tocó Julian. En fin, cosas del brujo.

Podemos concluir que aunque este disco haya quedado como un hermano menor del Kind Of Blue y siempre se le vaya a atribuir su genialidad a Miles, sería muy injusto dejar a Adderley como "aquel que pasaba por allí" cuando estamos hablando de que esta posiblemente sea la mejor grabación con las mejores interpretaciones registradas de un músico grandioso y colosal como fue él. Julian era tan modesto que todo esto no le importaba, seguro, el solo se preocupa por hacerlo bonito, y vaya si lo hacía... Nos encontramos pues con un trabajo que ha pasado a la historia como un disco muy moderno, muy blues, con unos arreglos muy pensados, que entra fenomenal a la primera y perfectamente recomendable para neófitos en esto de escuchar un disco de jazz enterito. No le tengaís miedo, esto es otra cosa...



jueves, 7 de junio de 2012

JOHN COLTRANE My Favorite Things (Atlantic, 1961)

Hay discos de jazz que se recuerdan por su contexto, por la trascendia histórica del momento y su influencia a posteriori. Otros lps se recuerdan por su calidad global y compensada, todos los temas están bien en general, ya sean baladas o abrasivas improvisaciones Be-bop. Y por último hay discos que se recuerdan por un tema en concreto que destaca sobre los demás y provoca un cisma en la historia de su género musical. El disco del que vamos a hablar a continuación reune todos estos requisitos: es hijo de su tiempo (exploración modal), ha tenido influencia en todo el jazz que se ha hecho después, tiene una calidad en su conjunto muy destacable y al mismo tiempo uno de los cortes es insuperable. Si, lo habéis adivinado, estamos hablando de My Favorite Things de John Coltrane.

Grabado en tres sesiones durante el mismo mes (21, 24 y 26 de Octubre de 1960) en los estudios Atlantic de Nueva York ( ingenieros de sonido: Tom Dowd y Phil Iehle), aquí John Coltrane intentó ir un paso más allá en su música, experiementar con los recursos modales, impregnándolos de sentimiento y sabiduría. El personal de la grabación: John Coltrane al saxo soprano en dos cortes y al tenor en otros dos, McCoy Tyner al piano imprimiendo su elegancia característica y su ritmo metronómico, Steve Davis al contrabajo cumpliendo con nota como siempre y Elvin Jones a la batería ( y esa conexión con Trane enchufada al máximo de voltios). Como habéis podido comprobar, aquí casi nos encontramos al "cuarteto clásico" al completo, falta Jimmy Garrison al contrabajo, pero el sonido característico de la banda ya practicamente esta ahí.

Cuenta la leyenda que una noche, en un club, tras una actuación, un cliente le enseño a Coltrane una partitura de la popular, anodina y edulcorada melodía de una cancioncilla titulada My Favorite Things, perteneciente al éxitoso musical de Broadway The Sound of Music (Conocido aquí en España como Sonrisas y Lágrimas) compuesto por ese par de genios en lo suyo llamados Rogers y Hammerstein. Sea cierta o no la anécdota, lo cierto es que Coltrane coje el olvidado (desde los tiempos de las big bands) saxo soprano ( conseguiendo así un sonido más oriental y dulce, palabra de Trane) para enfrentarse a esta partitura de la que no se podía esperar mucho melodicamente y la transforma en una improvisación modal de trece minutos donde, con un solo acorde (al estilo de las ragas hindúes) nos lleva a otra dimensión musical. Entre lo serio y lo ligero, lo inspirado y lo previsible. Como en el Poinciana de Ahmad Jamal (Grabado unos años antes) aquí podemos saborear dos atmósferas diferentes en la misma canción, pero enlazadas por la persistencia de la melodía. Personalmente os puedo contar el impacto que supuso en mi, la primera vez que lo escuche en la radio, una noche de insomnio, a las tantas; No había escuchado nada igual, tan perfecto, tan redondo. Han pasado los años y sigo manteniendo ante mis colegas y conocidos que esta grabación de Trane es la cosa más bonita que he oído en mi vida. Antes y después han venido a mis orejas otros sonidos que me encantan y seguirán apareciendo sorpresas de vez en cuando que me dejen los pelillos del brazo de punta, pero no puedo evitar aun hoy que este My Favorite Things me siga emocionando y extasiando hasta la lágrima cada vez que lo escucho debido a su insuperable belleza. Y no soy el único al que le pasa, cuando charlo con otros aficionados a esta música hay un sentimiento común de que esta joyita, una vez escuchada y asimilada, se mete en tus entrañas y no te suelta hasta los restos. Incluso ni al mismísimo Coltrane se le caían los anillos al reconocer que posiblemente era lo mejor que había grabado en su vida hasta entonces : "Mi pieza favorita entre todo lo que he grabado es My Favorite Things. No me gustaría rehacerla en ningún sentido, mientras que todos los discos que he hecho podrían mejorarse en algunos detalles". No vamos a ser nosotros los que vayamos a discutirle su propia opinión al jefe de todo esto.

 Como curiosidad, comentar como este tema ha aparecido hasta en obras artísticas: En la novela Kafka en la Orilla del escritor japonés (y amante del jazz, claro, llego a regentar un club en Tokio) Haruki Murakami, el protagonista pasea aturdido por un bosque con un Disc-man, por supuesto lleva My Favorite Things en el aparato y vamos viendo como el escritor mezcla sus sensaciones con los ritmos y la melodía del tema, haciendo un todo, uniendo al oyente con la grabación. Por ultimo comentar que llegó a tener tan buena acogida de público este corte que se llegó a editar en un single de 45 rpm (reducido y con un poquito de corta y pega) para que sonara en las gramolas y en las radios de la época. Fue disco de oro y Coltrane se vio obligado a tocarla en todos sus conciertos el resto de su carrera. Conociendo lo inconformista del personaje, no es de extrañar que aprovechara esta situación para convertir la composición en un banco de pruebas dilatado en ocasiones hasta los treinta minutos donde poder exponer todos su hallazgos free y demás barbaridades que llegarían en los años siguientes. Escuchando grabaciones diferentes de My favorite Things en directo de distintos años, vamos viendo progresivamente como va cambiando y evolucionando la forma de tocar del músico, un privilegio para el melómano que no se da en todos los grandes de la historia del jazz.

Pero como ya indicábamos al principio, no solo del tema titular vive este genial disco, por eso es de justicia que también le dediquemos el tiempo que se me merece al resto de los cortes del álbum. En el segundo corte nos encontramos ese clásico de Cole Porter titulado Every Time We Say Goodbye, una dulce y melancólica balada donde el saxofonista sigue insistiendo aquí con el soprano y nos demuestra hasta donde puede explotar su lirismo y su perfección técnica. Cinco minutos bastan para encandilar hasta al más escéptico y crítico con Coltrane. En la cara B del álbum Trane no se relaja, vuelve a su instrumento natural, el tenor,  y nos brinda dos composiciones clásicas de George e Ira Gershwin donde lleva al límite sus teorías modales y de acordes. Summertime esta casi irreconocible, abrasiva, nocturna, erótica, potente, una de las interpretaciones más bellas de este clásico que ha llegado a tocar todo hijo de vecino. Esta estrategia de coger un estándar muy conocido y darle la vuelta como un calcetín, conservando su esencia pero dejándolo casi irreconocible no seria la ultima vez que lo haría en su carrera y llego a ser una de las señas de identidad de su legado. Por ultimo tenemos ese But Not For me que empieza aparentemente tontorrón, de menos a más, pero que termina siendo una abrasiva y clara muestra de los límites expresivos a los que había llegado el músico de Carolina del Norte. Exprimiendo acordes, exprimiendose el alma.

En definitiva podemos afirmar sin discusión que este disco es una obra maestra de la historia del jazz. Está a la altura de Blue Train o Giant Steps. Claro, después vendría A Love Supreme y se nos volverían a romper los esquemas a más de uno, pero eso es otra historia...



lunes, 4 de junio de 2012

MY FAVORITE THINGS. CONVERSACIONES CON JOHN COLTRANE. Edición de Michel Delorme (Alpha Decay, 2012)

La editorial más cool de España se estrena en esto de la edición de libros de temática jazz (que tan bien se están vendiendo últimamente en este país, sorprendente al menos sabiendo lo poco que se escucha esta música y lo poquísimo, por no decir nada, que se lee en nuestro país) con esta pequeña joyita de unas cien páginas en formato minúsculo, cuidadosamente públicadas y traducidas. Tres entrevistas tres es lo que aquí nos encontramos (y una carta de Coltrane a su amigo Don DeMichael a modo de epílogo) realizadas en tres años distintos (1962, 1963, 1965) por el mismo periodista, Michel Delorme, durante sus giras por Francia y publicadas en su momento por medios especializados como las revistas Jazz Hot y Les Cahiers du Jazz.

En estos textos que aquí se nos presentan podemos cotillear a modo de fan fetichista como se comportaba nuestro héroe antes y después de los conciertos: centrado, tranquilo, amable, agradecido, bromista, pidiendo recados para no tener que bajar de la habitación del hotel, siempre concentrado en lo suyo, ensayando, estudiando... todo un ejemplo de dedicación y amor por la música sin precedentes. Modestia y mucho trabajo se esconden tras su leyenda.

Analicemos algo más detalladamente las entrevistas a continuación: 1962. Trane venía de grabar su mayor éxito comercial (My Favorite Things) y sus primeras grabaciones para Impulse Records junto al cuarteto ya formado y estable (Con McCoy Tyner al piano, Jimmy Garrison al contrabajo y Elvin Jones a la batería). Nos lo encontramos muy modesto en sus declaraciones (poniendo por encima de si mismo a artistas como Eric Dolphy u Ornette Coleman, grandiosos, si,  pero siempre un escalón por debajo del maestro, en mi modestísima, humilde y apasionada opinión, claro...) y como era, optimista por naturaleza y en plena forma, con muchas ganas de atrapar al futuro con su música.

1963. A pasado un año y aquí nos encontramos a nuestro ídolo con muchas ganas de dejar de hacer tanta balada y tanto estándar que le seudo-obligaba Bob Thiele a grabar por contrato y a centrarse más en la composición propia. Estamos a unos meses vista de que entrara en el estudio de grabación a registrar ni más ni menos que A Love Supreme. Estaba convencido de que trás su etapa de "acordes" (Giant Steps) y su época "modal" (My Favorite Things), era el momento de la "música atonal" (o como el prefería decir, "extensiones tonales"). Esta entrevista también nos deja su lado más humano, mostrándonos como de feliz, sonriente y satisfecho se sentía tras un concierto que había salido redondo, tanto para él como para su público. Momentos de eternidad.

1965. Han pasado dos años desde el ultimo encuentro con el periodista francés, A Love Supreme acaba de ver la luz y el Free más reivindicativo (Archie Shepp, Albert Ayler) ya se está consolidando como una propuesta valida. Coltrane se encuentra aquí hasta cambiado físicamente ( más grueso), algo desubicado y creía haber llegado a su límite si no mental, si físico. También notamos como se acentuaba por esta época su lado más espiritual (africanismo, hunduísmo, universalidad...) y por último tenemos una crónica (algo urgente diría yo, por errónea) de sus conciertos en Antibes, presentando A Love Supreme en directo y del tirón, como una suite.

Para finalizar el análisis de la obra que nos ocupa, no podemos dejar de lado la escueta pero reveladora carta que le escribe el saxofonista a su amigo Don DeMichael para agradecerle que le haya dejado el libro Music and Imagination de Aaron Copland, donde defiende con convencimiento su teoría sobre la positividad intrínseca de la que ha hecho gala siempre la música Jazz. Y al final del texto nos encontramos una entusiasmante y bella reflexión que tuvo el músico leyendo una biografía sobre el pintor Vincent Van Gogh: La urgencia creadora como elemento esencial del ser humano. En definitiva, este quizás no sea un libros para neófitos sobre John Coltrane (existen otros más extensos e indicados para ese empeño) pero si el que mejor recoge su humanidad.




jueves, 31 de mayo de 2012

SONNY ROLLINS Saxophone Colossus (Prestige, 1956)

El coloso de Rodas fue una gigantesca estatua de unos 32 metros de alto que representaba al dios Griego Helios, realizada por el escultor Cares de Lindos. Fue considerada una de las siete maravillas del mundo antiguo. Un terremoto lo destruyó en el 226 a. C. El saxofonista  Sonny Rollins sabía perfectamente lo que estaba haciendo cuando se auto-proclamó en el título de este álbum como el coloso del Saxofón (coletilla periodística que le seguirá hasta la tumba), incluso con esa portada icónica, con esa mole humana en la sombra, imponente, grandiosa, sujetando el instrumento con poderío. Lo que pretendía el bueno de Sonny con este trabajo era marcar un antes y un después, un punto de inflexión para la historia del jazz en general y para su carrera en particular, dejando bien claras las diferencias de potencia y sonoridad melódica que le distinguían de sus coetáneos.

22 de Junio de 1956. Estudios Hackensack, New Jersey. El gran Rudy Van Gelder a los mandos técnicos. Edita el menospreciado en ocasiones (por sus corta-y-pega y rebañados de material vario) sello Prestige. Rollins al tenor, el siempre exquisito y eficiente Tommy Flanagan al piano, Doug Watkins al contrabajo, aquí con más libertad melódica de lo habitual y el siempre gigante Max Roach, modernísimo y contundente. Una grabación para la historia. Unos músicos en su punto justo de ebullición, ni demasiado swing-complacientes, ni demasiado Free-alocados.

Cinco son los cortes que nos encontramos en esta joyita. Dos estándares y tres temas de composición propia. Las versiones: You Don't Know What Love Is, eterna y preciosa balada, perfecta para demostrar el lado más sedoso y romántico del músico nacido en Nueva York, una delicia para los oídos. La otra versión que nos encontramos aquí es Moritat, críptico título tras el que se esconde ni más ni menos que el Mack The Knife de Kurt Weill y Bertol Brecht, aquí más canalla y chorretoso que nunca, muy ajustado al espíritu original de la pieza. 

Vamos ahora con los temas propios: St.Thomas, llamado así por una de las Islas Virgenes (Recordad, Rollins, como otros tantos músicos de jazz de aquella época es de origen antillano) con una divertidísima y tarareable melodía, es un corte con ritmo calypso con el  que Sonny intenta recordar las músicas que oía en su infancia. Strode Rode (Strode Lounge era un club de jazz  de entonces, lo de Rode ya sabeís por qué viene...) es un tema típicamente Hard-Bop a diez mil por hora donde se lucen especialmente Flanagan con un solo de piano de quitarse el sombrero y Watkins con un juguetón ritmo al contrabajo. Y llegamos a la joya de la corona, Blue 7, el tema por el que merece la pena comprarse el disquito entero. Aquí nos encontramos a un Sonny Rollins experimental, con algo que llamaron los críticos en su momento "improvisaciones temáticas", que no es otra cosa que ir desestructurando y desmenuzando un blues hasta dejarlo en la esencia, centrándose más en el sonido que en la melodía. sublime y adictivo, es un corte que jamás te cansarás de oír y del que siempre descubrirás algo nuevo en cada escucha.

Este álbum ha quedado como el principio del fin del Hard-Bop como estilo (demasiado establecido ya por aquel entonces) y el comienzo de lo que se acabó llamando Jazz contemporáneo. Música más libre, sin ataduras, donde el músico podía llegar si se lo proponía mucho más lejos de lo esperado, tanto musical como espiritualmente. Luego llegarían Milestones, Kind of Blue, Giant Steps...  trabajos que constataron esa realidad más liquida que solida por la que pasaba por aquel entonces el siempre mutable y sorprendente sonido jazz.


jueves, 24 de mayo de 2012

McCOY TYNER Inception (Impulse, 1962)

Este disco fue todo un reto personal para el joven pianista McCoy Tyner, conocido por formar parte del legendario y seminal cuarteto "clásico" de John Coltrane. Con este lp el músico de Filadelfia, que apenas contaba con 23 años de edad, intentaba salirse de la música modal que realizaba por aquella época con su jefe, aportándonos un reflejo más amplio y certero de todo lo que podía dar como músico, haciendo hincapié en composiciones propias muy interesantes  y estándares que se sabía de cabo a rabo.

Grabado en dos días, 10 y 11 de Enero de 1962 en los estudios de Rudy Van Gelder en Englewood Cliffs, New Jersey (solo dos meses antes estaba registrando con  Trane el mítico y legendario concierto en el Village Vanguard) junto al contrabajista Art Davis y el baterista Elvin Jones, con ese sonido entre lo clásico y lo abstracto, apuñalando percusivamente las teclas del piano, con elegancia melódica y precisión de cirujano. Aquí nacía ante nuestras orejas una galaxia nueva en el universo del jazz, algo que sucede muy de vez en cuando y que hay que disfrutar al máximo cuando esto ocurre.

Tenemos que hacer mención especial en estas líneas a Bob Thiele, productor de este disco y que animó a Tyner a debutar como líder. director artístico de ese genial y caro invento que fue el sello Impulse, siempre animando a los artistas jazz a que se atrevieran a asumir retos personales y artísticos, por supuesto siempre con el libro de contabilidad en una mano y el instinto comercial de tiburón discográfico en la otra. No por ello debemos despreciar el esfuerzo de este hombre durante la década de los 60 por ofrecer productos musicales de calidad, entre lo vendedor y lo exquisito. Ahí quedan para la posteridad genialidades como unir a Duke con Coltrane en un mismo estudio de grabación o proponerle al segundo, que estaba ya inmerso por aquel entonces en pleno océano modal y casi free, hacer un disco enterito de Baladas clásicas (Ballads, Impulse, 1963). Álbumes que si, quizás hubieran existido sin su sugerencia (o muy probablemente no) pero seguro que lo hubieran hecho con otro sentido bien distinto.

Realizada ya esta mención a Bob Thiele, volvamos con el análisis del disco que hoy nos ocupa, este bocado para gourmets llamado Inception. Por todo lo dicho antes, podría parecer a priori que este lp iba a ser un trabajo realizado por encargo, con desgana y para cubrir el expediente. Pues nada de eso, resultó ser un disco de lo más personal para su autor, con cuatro composiciones propias y dos estándares en su haber. Los temas propios: Inception (que marca el tono sobrio y elegante del álbum, con improvisaciones a dos mil por hora), Blues for Gwen (dedicado a su hermanita, ultracool, con mucho swing, una delicia), Sunset (minimalista y preciosa balada cargada de elegancia) y Effendi (el corte más modal y Coltraneniano, incluso en el título). Los estándares: There is no Greater Love (lo más amable y soleado del lote) y Speak Low de Kurt Weill (comercial, groove y con ritmo seudo-latino).

"Inventiva melódica... claridad de ideas... sonido personal... sentido formal desarrollado... y además McCoy tiene gusto. Puede coger cualquier cosa, no importa lo horrible que sea y hacerla sonar hermosa". No vamos a ser nosotros los que vayamos a contradecir estas palabras de alabanza de John Coltrane hacia su compadre. Acerquense a esta maravilla de disco que se hace corto de lo bueno que es y que te dan ganas de volver a ponerlo una y otra vez, algo que no suele ocurrir tan a menudo como debiera.




jueves, 17 de mayo de 2012

WES MONTGOMERY The Incredible Jazz Guitar of Wes Montgomery (Riverside, 1960)

Comenzamos nuestras críticas de discos favoritos de la historia del jazz con uno de esos lps a los que se les coge realmente un cariño muy especial. Un disco acogedor, encantador, entrañable. Como volver a casa por navidad, sabes que esta ahí y que jamás te va engañar. Pero no os confundaís, no entendaís por entrañable  que este sea un artefacto ñoño o cursi. Todo lo contrario, aún hoy suena molón y modernísimo.

Nueva York. 26 y 28 de Enero de 1960. Wes Montgomery y su increible guitarra jazz en todo su esplendor. Con otros músicos legendarios de la historia del jazz moderno nos puede resultar muy difícil decidir cual es su mejor trabajo. Con Wes lo tenemos clarísimo, es este. Y no porque lo publicado antes o después sea peor que este álbum. Es que simplemente esta grabación es insuperable. ¿El mejor disco de la historia del  jazz guitar? Posiblemente. ¿El más influyente, imitado y recordado? Sin ningún género de dudas.

El personal de la grabación: Wes Montgomery, el hombre del pulgar de oro, a la guitarra, el siempre elegante y efectivo Tommy Flanagan al piano y los hermanísimos Percy Heath al contrabajo y Albert Heath a la batería, todo ello producido por Orrin Keepnews y editado por el pequeñito sello Riverside. Uno esos discos con aura de modestia pero que acaba siendo colosal. Ocho son los cortes que componen el lp, cuatro temas de composición propia, a saber: D-Natural Blues (muy Charlie Christian, como es lógico), Four On Six (Se sigue dando en clases de digitación...), West Coast Blues (Tarareable, perfecta, blues abstracto) y por último la muy funky-latina, tan de esos tiempos, Mr. Walker (Renie). Toda una muestra de su talento compositivo, su versaltilidad y su imaginación como músico. Y las cuatro versiones son: La complicadísima de tocar Airegin de Sonny Rollins, la siempre bonita In Your Own  Sweet Way de Dave Brubeck y los estandards Polka Dots And Moonbeams (balada romántica y dulce) y la eterna Gone With The Wind.

En definitiva, un lp con un sonido tan actual que aunque tenga cincuenta años podría haber sido grabado ayer mismo. Toda una lección de belleza, alegría, felicidad... todo eso y mucho más (cada oyente es un mundo) os puede ofrecer y trasmitir esta obra maestra. Un disco especialmente indicado como primera escucha para neófitos con miedo a introducirse en esto del jazz, un universo muy prolijo a meterse en alguna que otra charca inaudible en el momento más inesperado.




viernes, 11 de mayo de 2012

Código Jazz: El Retorno

Código Jazz se despidió hace unos meses como programa radiofónico. Código Jazz (por petición popular) vuelve a las andadas, ahora como blog dedicado al Jazz en todas sus vertientes (con especial atención al Jazz moderno, ya sabéis) y en particular a repasar esos grandes discos que nos han hecho amar este género musical. Un disco a la semana, con esmero, cariño y dedicación, a fuego lento. ¡Que aproveche!

martes, 24 de enero de 2012

Código Jazz se despide

Código Jazz se despide de todos vosotros. Como sabéis desde el mes de Marzo estamos esperando que este proyecto vuelva a las andadas pero las mudanzas indefinidas de Sol Fm lo han impedido. Desde entonces, los 30 programas que hemos llegado a grabar se han repetido en la web de la emisora, y si no me equivoco, los amigos de Radioaktiva ya llevan dos tandas de repeticiones y no se cansan todavía de nosotros. Quiero también aprovechar esta entrada para saludar a la gente de JazzTK, la web alicantina (con su podcast en la umh y todo) que sigue difundiendo el jazz clásico y el contemporáneo desde la pasión del fan. Es posible que en un futuro nuestros caminos se encuentren en proyectos conjuntos, quién sabe. Por todo esto, he decidido que lo más honesto es dar el programa por finalizado, no dejarlo en stand by, no dejarlo a medias. Sí en un futuro alguién me brinda la oportunidad de volver a hacer un programa radiofónico de jazz, volveré con otro nombre, empezaré desde cero, quizás con otro enfoque y/o estructura, lo que me pida el cuerpo llegado el momento, vaya... Gracias a todos los seguidores del blog, a la gente que nos ha descargado, escuchado y seguido durante todos estos meses, gracias a todos, de verdad. UN ABRAZO Y BUEN JAZZ, HASTA SIEMPRE!!!